Preguntas Frecuentes
En la Clínica Quirúrgica del Tórax somos conscientes de lo confuso que puede resultar para la mayoría de los pacientes toda la información relacionada con los procedimientos, las cirugías torácicas y todas las enfermedades del tórax. Por esta razón le invitamos a que siga leyendo la información que está a continuación.
La siguiente guía pretende aclarar algunas dudas que le pueden surgir durante el proceso de consulta, ingreso e intervención quirúrgica por el equipo del Dr. Álvarez Kindelán. Si precisa cualquier aclaración adicional relacionada con su proceso, no dude en contactar con nosotros por la vía que estime más conveniente (teléfono, e-mail).
La consulta preoperatoria tiene como fin la evaluación inicial de su caso por el Dr. Álvarez Kindelán. Durante la consulta, el Dr. Álvarez Kindelán revisará toda la documentación clínica y pruebas complementarias que se haya realizado y le propondrá la actuación que crea más pertinente, así como las posibles alternativas diagnósticas o terapéuticas. También le informará sobre los detalles de la eventual intervención quirúrgica, su estancia hospitalaria y el período postoperatorio. En la misma consulta, se le pedirá consentimiento para la intervención quirúrgica prevista, si el estudio clínico está completo, o bien solicitará aquellas pruebas diagnósticas necesarias para completar el estudio. Al finalizar la consulta le entregará un Informe Clínico completo con el plan de tratamiento propuesto.
Su ingreso hospitalario será normalmente programado, bien el mismo día de la intervención quirúrgica o bien el día anterior, si precisa completar el estudio preoperatorio y pre-anestésico. Por lo general, tanto en el hospital de la Cruz Roja en Córdoba como en el Hospital NISA Sevilla-Aljarafe, el Dr. Álvarez Kindelán realiza las intervenciones quirúrgicas por las tardes, por lo que deberá permanecer en ayunas desde las 10 de la mañana del día de la intervención quirúrgica y acudir al hospital a las 13 horas.
A su llegada al hospital, tras formalizar su ingreso en el Servicio de Admisión, se le acompañará a su habitación reservada, donde el personal de enfermería le dará la bienvenida y se pondrán a su disposición para aclarar las dudas o resolver las necesidades que le puedan surgir. El Dr. Álvarez Kindelán le visitará, le dará la bienvenida, revisará toda la documentación clínica y el estudio pre-anestésico y se pondrá a su disposición para resolverle cualquier duda. Así mismo, le indicará la hora aproximada de su intervención y solicitará su colaboración para que tome las medidas oportunas con el fin de hacer su cirugía más segura. Es importante no tomar ninguna medicación sin consultar con la enfermera.
En el hospital se le facilitará toda la medicación que precise.
Todos sus objetos personales (anillos, reloj, cadenas, objetos metálicos, etc.), así como prótesis (dentadura, audífonos u otras) quedarán en su habitación o a cargo de sus familiares y/o allegados. Desde su habitación se le trasladará al Quirófano de Cirugía Torácica, donde será recibido por profesionales de Enfermería y Anestesiología.
Antes de dormirle, es habitual que el anestesista le coloque un catéter en la espalda para poder administrarle calmantes y hacerle más llevadero el dolor tras la intervención.
Una vez anestesiado/a se le canalizan vías venosas y se inicia la intervención quirúrgica. Durante la misma, los familiares pueden permanecer en la habitación. Una vez finalizada la cirugía, el Dr. Álvarez Kindelán informará a la familia sobre el resultado de la intervención quirúrgica en la misma habitación del paciente (Hospital Cruz Roja), o en la sala de información a familiares de pacientes operados (Hospital NISA).
Normalmente se suele despertar en el mismo quirófano, si bien no es instantáneo y recuperará conciencia poco a poco. Además notará en la boca un tubo que es el que le ayuda a respirar mientras recupera la conciencia y tiene fuerzas para tomar aire por sí mismo. Aunque es una sensación molesta, es importante no intentar quitárselo ni luchar contra el respirador artificial, sino colaborar con el anestesista para que puedan quitárselo cuanto antes. A veces, por motivos clínicos, el despertar se retrasa hasta su llegada a reanimación o a UCI. Además puede notar la existencia de drenajes en el tórax.
Al acabar la operación, será trasladado a la Unidad de Reanimación o a la Unidad de Cuidados Intensivos. Allí entrará todavía adormecido. Debe permanecer tranquilo, pues estará en todo momento vigilado por personal especialista. Sus familiares podrán visitarle en la Unidad de Cuidados Intensivos poco después de su ingreso en UCI y siempre en el horario de visitas establecido en cada Centro.
La sensación de sed puede ser intensa durante las primeras horas. El personal que le cuida le mojará los labios o le dará pequeños sorbos hasta que pueda beber normalmente. También son muy frecuentes las molestias o el dolor en la herida, debido a la propia cirugía y al encamamiento, por lo que le administrarán calmantes. Si nota dolor, comuníquelo.
En casos de cirugía compleja (resecciones pulmonares, etc.) es posible que requiera una estancia en UCI de 2 ó 3 días tras la intervención quirúrgica. Posteriormente, será trasladado a la unidad de hospitalización en cuanto su estado clínico lo permita, donde permanecerá recuperándose, ayudado por el personal así como por su familia y allegados. Tan pronto como esté bien y no precise atención hospitalaria, será dado de alta.
El Dr. Álvarez Kindelán o sus colaboradores le visitarán diariamente, incluido domingos y festivos, durante todo el postoperatorio en el hospital e informarán sobre su situación clínica o los cambios en su evolución.
La gravedad de los problemas derivados de la cirugía torácica, fundamentalmente las infecciones, hacen necesario seguir las siguientes recomendaciones:
Debería haber un acompañante por enfermo. No es bueno ocupar las habitaciones con más de dos visitas a la vez por paciente. Los familiares o allegados con procesos respiratorios (gripe, resfriados, etc.) no deberían visitarlo. Se aconseja no tocar al paciente y sus enseres sin antes haberse lavado las manos. Cuanta más gente distinta entre y salga de la habitación, más posibilidades hay de transmisión de gérmenes ajenos al Hospital. No permita niños en las visitas, ellos tienen peores defensas ante los gérmenes. No traiga alimentos a los pacientes, puede ser perjudicial para ellos y equivocar a sus médicos en cuanto a las dietas o el balance de peso. Las habitaciones disponen de televisión, pero les solicitamos un uso responsable de la misma, teniendo en cuenta la hora y el estado de gravedad del paciente.
Mientras esté en planta, su colaboración será fundamental para expulsar las secreciones y moverse precozmente. Con la anestesia y la intervención se producen abundantes secreciones en los bronquios que es imprescindible expulsar mediante la tos para evitar complicaciones que pueden ser graves. Si nota secreciones y no le provocan tos espontáneamente, deberá toser “a propósito” para sacarlas de los bronquios, aunque no tenga ganas. El estar sentado facilita la expulsión y también son de gran ayuda los ejercicios con el aparato para elevar la bolita (Incentivo Respiratorio), pues se airean los pulmones y se movilizan las secreciones, facilitándose su expulsión. Tras la operación deberá ejercitarse seis veces cada hora, descansando por la noche y tras las comidas.
La movilización precoz va a ayudar mucho a su recuperación porque el encamamiento prolongado atrofia los músculos, sobre todo de las piernas. Algunas zonas de los pulmones no se ventilan bien al estar tumbado y se acumulan mocos. La falta de movilidad puede producir trombos en las piernas que pueden provocar graves embolias en los pulmones. Además, el moverse no abre ni empeora las heridas.
No dude en comunicar al personal de la unidad cualquier signo o síntoma que le preocupe.
En cuanto tolere líquidos se le dará progresivamente una dieta adaptada a sus necesidades.
Las heridas se mantienen secas y cubiertas hasta el segundo día, siendo curadas por los profesionales de Enfermería. A partir de entonces hay que lavarlas bien durante la ducha diaria con un jabón suave, aclararlas con abundante agua corriente y secarlas cuidadosamente. Después puede aplicarse un antiséptico tipo Betadine y se dejará la herida al aire. Se retirarán los drenajes cuando clínicamente sea factible y posteriormente será dado de alta hospitalaria.
Algunos problemas frecuentes, poco importantes y que remiten progresivamente con el paso de los días son: poco apetito, dificultad para dormir, dolor en las heridas y espalda que empeora al moverse y con la tos (disminuye poco a poco), anemia postoperatoria (puede producir sensación de fatiga y gran cansancio con los esfuerzos o mareos al levantarse o cambiar de postura), sensación de hormigueo, adormecimiento o excesiva sensibilidad al tacto cerca de las heridas y estreñimiento.
El día del alta hospitalaria se le entregará un Informe Clínico, generalmente provisional, que incluirá todas las medicaciones que debe tomar. Tome solamente lo que le hayan recetado y durante el tiempo indicado. Como excepción, los analgésicos (medicamentos para el dolor) y los hipnóticos (medicamentos que ayudan a dormir bien) pueden ir dejándose de tomar paulatinamente, según vaya siendo menor su necesidad, hasta suspenderlos: al alta se le dirá cuáles son estas pastillas. Así mismo el Informe incluye recomendaciones para evitarle complicación y acelerar el proceso de recuperación.
Después de la intervención va a poder volver a realizar todas las actividades que realizaba antes de la misma. Aproximadamente en un mes podrá desempeñar una vida normal, si bien poco a poco podrá ir realizando pequeños esfuerzos y trabajos ligeros con intensidad creciente. Los trabajos pesados y actividades deportivas se demorarán más tiempo y siempre según criterio de su cirujano.
Aproximadamente al mes de la operación se le citará para revisión en consulta con el Dr. Álvarez Kindelán. A esa consulta deberá aportar algunas pruebas (radiografías y análisis) que irán indicadas en el Informe de Alta. Posteriormente, y dependiendo de su lugar de residencia, podrá seguir revisiones periódicas en nuestra consulta o en otras unidades clínicas que se adapten mejor a su lugar de residencia.